Hay personas que quitan la energía y alejan la felicidad. Expertos opinan que es necesario identificarlas y decidirse a alejarse de ellas.
¿Siente que ante determinadas personas usted se pone de mal genio, se siente ignorado, poco atractivo o disminuido?
¿Comprueba que aumenta su tensión y la expresión de su cara se endurece? ¿Conoce a alguien que sea crítico con usted de forma destructiva, que le consume la energía vital cuando se relaciona con ella o que lo desalienta en su búsqueda de logros y éxitos?
Esas son las personas-virus, gente que conduce los comportamientos, las ideas y los sentimientos de quienes la tratan, hacia el malestar y el desaliento.
Según la psicoterapeuta de relaciones Marichu Hidalgo, estos personajes pueden ser familiares, amigos, conocidos, compañeros de trabajo, vecinos, clientes e incluso pareja. Cualquiera que lo aflija con su actitud hacia usted, que no lo deja crecer, que no se muestra contento con su éxito y que pone barreras a sus esfuerzos para ser más feliz, puede considerarse una persona-virus.
El primer paso hacia la liberación de su influencia nociva es identificar de quién se trata y decidirse a deshacerse o a alejarse de ella, pues no solo pueden amargar su vida y acortarla, como lo sugieren algunas investigaciones.
Al seguir durante quince años a 678 monjas del Convento de las Hermanas del Colegio de Notre Dame y en otros seis institutos de la misma orden, en Connecticut, Maryland, Texas, Wisconsin, Missouri e Illinois, en el denominado Estudio de las Monjas (Nun's Study), el epidemiólogo David A. Snowdon, de la Universidad de Kentucky y su equipo, que analizaban el riesgo que tenían de sufrir alzheimer las religiosas descubrieron, casualmente, una relación entre el temperamento y la longevidad.
Los ensayos autobiográficos que escribieron las religiosas cuando tenían 20 años fueron cuidadosamente analizados y los expertos encontraron que aquellas que expresaron más emociones positivas en sus autobiografías vivieron mucho más -en algunos casos, diez años- que aquellas que expresaron menos emociones positivas. Los resultados de este trabajo fueron publicados en el Journal of Personality and Social Psycology.
En Estados Unidos, otro estudio de la Clínica Mayo, efectuado con un millar de personas, determinó que la gente positiva y optimista vive más tiempo que la de personalidad negativa, y un trabajo de la Universidad Carnegie Mellon concluyó que las emociones positivas hacen que la gente sea más resistente a la gripa, quizá debido a su influencia en el sistema inmunológico.
Estas son algunas buenas razones para mantener a raya a las personas que tienen una tendencia a la negatividad.
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