martes, marzo 24, 2009

El iPhone no es un teléfono: es un computador que de paso permite hacer llamadas.

Marzo 24 del 2009

Debido al énfasis de Apple en las "aplicaciones web", el teléfono iPhone está en la punta del lote.

Javier Méndez
Editor de Tecnología

Apple, más que ninguna otra compañía, tiene claro que el iPhone no es un teléfono: es un computador que de paso permite hacer llamadas.
Y lo que hace popular un computador son los programas a disposición de los usuarios.

Aunque en el mundo hay 4.100 millones de suscriptores de telefonía celular (según la UIT), la revolución que traerán esos aparatos apenas comienza a insinuarse entre un pequeño grupo de usuarios; es la revolución que se producirá cuando la gente salte de los celulares básicos a los teléfonos inteligentes, los cuales en esencia son flexibles y poderosos computadores de bolsillo con acceso a Internet. Quien lidere esa transición llenará sus arcas de dinero y tendrá un gran control sobre este descomunal mercado.
Por ahora Apple parece estar en la punta del lote.


En el 2008 se vendieron 1.220 millones de celulares en el planeta, de los cuales 139 millones eran teléfonos inteligentes, según la firma Gartner. Los despachos de esos equipos avanzados están creciendo más rápido que los de los celulares comunes, y en la medida en que representen una porción más grande del pastel la forma como uno escoge un teléfono móvil irá cambiando.

Hoy en día la gente compra el celular por el hardware, y no por el software que lo controla (el sistema operativo). Lo habitual es que uno se deje seducir por la dulces curvas de un teléfono o por las especificaciones de sus componentes, y no por las sutiles cualidades de su sistema operativo (Symbian, Windows Mobile, etc.). Pero en un teléfono inteligente este último aspecto tiene gran importancia.

Y creo que en eso el iPhone tiene una ventaja: la gente sí escoge ese teléfono por su software. Y no me refiero solo al magnetismo que ejerce la sencillez de dicho sistema (el iPhone OS), que redefinió el uso de los teléfonos al permitir el manejo con los dedos; esa característica, de hecho, ya la copiaron los demás fabricantes. Se trata también de la exitosa estrategia de Apple de facilitar al máximo la descarga de aplicaciones, que está marcando una diferencia.

Apple, más que ninguna otra compañía, tiene claro que el iPhone no es un teléfono: es un computador que de paso permite hacer llamadas. Y lo que hace popular un computador son los programas que se pueden utilizar en él.

Tal como Windows es líder en el mundo de los PC porque hay docenas de miles de programas que se pueden emplear en ese sistema (muchos más que para el Mac o para Linux), el teléfono inteligente que atraerá más usuarios será el que ofrezca más programas útiles y divertidos.



En eso el iPhone lleva la delantera y no porque tenga más software disponible, sino porque lo hace más fácil de conseguir y porque Apple ha generado un ecosistema que está cautivando un número creciente de usuarios y desarrolladores de software.

El pilar de la estrategia es su tienda en línea de aplicaciones para el iPhone, App Store, que en apenas ocho meses de vida completó 25.000 programas (estos ya acumularon 800 millones de descargas).

Para otros sistemas móviles hay más programas, pero los usuarios de esos teléfonos no tienen tan claro cómo se descargan, de dónde se bajan y muchos de ellos ni siquiera saben que sus celulares ofrecen esa capacidad.

La firma Nielsen Mobile reveló hace un par de meses que el propietario típico del iPhone había descargado por lo menos 15 programas en los seis meses anteriores, período en el que el usuario promedio de otros teléfonos inteligentes no había bajado una sola aplicación.

Este apetito por el software atrae un número cada vez mayor de programadores, que le dan a la tienda un fuerte dinamismo: el número de aplicaciones en App Store se duplicó en solo dos meses (entre enero y marzo del 2009).

Aunque muchos de esos productos son gratuitos o cuestan menos de 10 dólares, lo que motiva a estos programadores es el tamaño potencial del mercado: los despachos del iPhone crecieron 245 por ciento en el 2008 (mucho más que los de cualquier otro rival), hay 17 millones de iPhones en la calle y este ya es el tercer teléfono inteligente más vendido del mundo.

Todo ello pese a que el iPhone OS está lejos de ser perfecto. De hecho, tiene limitaciones enormes frente a otros sistemas móviles, pero Apple está trabajando en ellas.

El 17 de marzo, Apple ofreció un vistazo preliminar a la versión 3.0 del iPhone OS, que llegará al mercado a mediados del 2009, y en ella incluyó características que era inaceptable no tener, como la opción de copiar y pegar textos o imágenes. Además, agregó funciones que podrían ser un hit: por ejemplo, la posibilidad de que dos personas se enfrenten en un mismo juego a través de la conexión inalámbrica Bluetooth del teléfono, y una herramienta para hacer búsquedas en el contenido del teléfono.


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