viernes, febrero 29, 2008

Capital de Inversión -Colombia.

24 de Febrero 2008.
Edición 354.

El Acelerador.
por Lucía Valdés Lezaca

El Globalizador- Conozca al africano que construye desde Colombia uno de los portafolios de pequeñas y medianas empresas más atractivos de la región. Su clave: comprar local, vender global.


Portada edición #354-Luc Gerard.

Que el traje de sastre y sus cuidados modales no lo confundan. Detrás de la fachada conservadora de Luc Gerard se esconde uno de los inversionistas más audaces de América Latina. Por eso cuando las calificadoras internacionales no le apostaban a una nación en guerra como Colombia, este africano educado en Europa se quedó a aventurar en las oportunidades que otros no veían. Amante de los deportes extremos, él mismo reconoce que no fue una labor sencilla llegar a Colombia a finiquitar la compra de Coltabaco, empresa con casi un siglo de historia y un fuerte arraigo en la cultura local, a nombre de Philip Morris. A diferencia de lo que ocurre en otros países en desarrollo, "en Colombia el líder de una industria siempre es una empresa local".

Pero salió airoso y hasta con reconocimiento por su trato afable, su énfasis en la responsabilidad social de los empresarios, su carácter abierto y sus comentarios favorables hacia el país. "Me di cuenta de que las empresas colombianas se encontraban en un estado financiero muy saludable, pero no había mucho esfuerzo en términos de expansión internacional", dice. "Muy pocas han salido a conquistar mercados a su alrededor".

El ejecutivo de 38 años nacido en Zaire (actual República Democrática del Congo), ingeniero con especialización en Finanzas Corporativas en Berkeley y MBA del Institute for Management Development (IMD) en Suiza, vio una oportunidad interesante para crear un fondo local de capital privado y empezar a comprar empresas. "En Colombia hay entre 7.000 y 8.000 pymes familiares que no tienen acceso al capital, porque el crédito es muy caro y el mercado de capitales es muy pequeño. Y necesitan dinero para aprovechar las oportunidades que traen los acuerdos bilaterales y regionales", dice Gerard en uno de los pocos momentos en los que se encuentra en su oficina en Bogotá, donde operan los cuarteles generales de TribeCapital Partners (mejor conocidos como Tribeca), la sociedad administradora de fondos de inversión que creó hace ya dos años, y que maneja acompañado de su socio, el argentino Gerardo León, y de la sociedad comisionista de bolsa, Interbolsa.

Por ahora, Tribeca administra un capital de US$ 140 millones con los que invierte en distintos tipos de empresas, como EMI, una empresa de ambulancias de Colombia y UCM, una firma del mismo giro pero en Uruguay. Pronto ambas se fusionarán y serán la base de un ambicioso objetivo: convertirse en un grupo de servicios de salud de emergencia y que preste servicios desde Tijuana hasta Ushuaia, y que hoy tiene 10.000 afiliados en Latinoamérica.

Tiene un plan similar en el rubro de los textiles de mercado. Hace un par de años compró la empresa de Medellín de vestidos de baño y ropa interior femenina de Onda de Mar, que en 2007 abrió siete nuevas tiendas. A ella le sumó su más reciente adquisición: Etiqueta Negra, la tienda de ropa de moda bonaerense, por cuyo 49,9% pagó US$ 30 millones. Y se rumorea la posible compra en este segmento de Apartment, marca colombiana de ropa informal que ya se vende en Tokio y Nueva York.

En tecnología tiene en sus manos a la firma e-Business Distribution, un spin off de Alcatel, que cambió de nombre para su debut regional y hoy se llama Axede.

Otros sectores en la mira son energía, sin hidrocarburos, y consumo masivo. "Vamos a lograr un récord", dice Gerard. "En menos de un año invertiremos casi todo el capital". No es una meta fácil de conseguir en medio del nuevo boom que están teniendo los fondos de capital privado o private equity latinoamericanos y que están justamente reforzando sus apuestas a las empresas de pequeño y mediano tamaño. A los jugadores consolidados como el brasileño GP Investments y el argentino-chileno Southern Cross, hoy se suma una extensa lista de nombres como Linzor Capital (un fondo de US$ 200 millones levantado en Chile por tres ex ejecutivos chilenos de JP Morgan), y Gavea Investimentos, del ex presidente del Banco Central brasileño, Arminio Fraga, en Brasil.

Además, todos estos fondos aprendieron la lección de los 90, en la que muchos fondos entraron como minoritarios sin injerencia en la gestión de las empresas. Hoy los fondos son más profesionales, conocen bien la región porque están basados en América Latina y se preocupan de hacer due dilligence a fondo. Una de las reglas de oro de este nueva generación de inversionistas es dejar a un lado los start ups y comprar empresas exitosas, rentables, que estén creciendo, tengan flujo de caja positivo y sean líderes en su mercado.

Linzor Capital, por ejemplo, busca ingresar a la propiedad de cinco o seis compañías top en un plazo de seis años. Ya está en tres, en las que ha invertido cerca de un tercio de su capital: Cine Hoyts, la compañía de servicios de salud Cruz Blanca y la mueblera Rosen.

Sur Capital, administrado por los argentinos Patricio Gómez Sabaini e Ignacio Cosentino (ambos ex miembros del equipo de inversiones de capital privado de GE Capital hasta 2005), también es parte de la nueva generación de fondos de private equity. Participan en la empresa de salud Integramédica, además, en las concesiones de aguas ESSBIO y ANSM, en sociedad con Southern Cross, uno de los private equity más emblemáticos de la región.

El sello personal

Uno de los aspectos que sobresalen en Tribeca es el sello que Gerard le imprime a su gestión como presidente del fondo. "Luc se involucra con el management, y algo que le he escuchado decir muchas veces es que "si nos equivocamos, nos equivocamos todos", dice Yann Hedoux, un francés de 33 años al que Gerard persuadió de abandonar su trabajo en el grupo Carrefour, para ponerse en enero de 2007 al mando de la antes citada EMI, una empresa antioqueña que presta los servicios de ambulancias, emergencias y asistencia a domicilio.

Sin embargo, lo que lo hace destacar entre la manada es el énfasis en la internacionalización. Pily Queipo, directora creativa y socia fundadora de Onda de Mar, lo valora. "En nuestra empresa éramos dos socios sin ninguna estructura organizacional y carecíamos del músculo financiero para ir más allá", dice Queipo, desde su nueva oficina en Miami. "Pero desde la entrada del fondo, Onda de Mar se ha fortalecido mucho y una de las claves es que Luc está enamorado de la compañía y su potencial". Tras la llegada del fondo, la empresa está a punto de abrir oficinas en Barcelona y Uruguay.

"No quisimos ubicar la sede en Miami, sino en Colombia", dice Gerard. "No es el país más obvio como base de un fondo regional, pero lo es para nuestra estructura y lo que queremos hacer". Y es que Colombia se transformó en su mercado de pruebas. En este extenso país de 45 millones de habitantes, busca empresas líderes de distintas industrias, con valor de marca y alto potencial. Una vez compradas, las examina al máximo y se sumerge profundamente en la industria. Sólo después sale al vecindario a buscar empresas complementarias de esos sectores, para construir plataformas regionales. Hacerlo así es clave para bajar el riesgo del negocio. "Cuando salimos, después de una adquisición en Colombia, ya tenemos un cierto conocimiento del sector, porque la empresa que compramos es la plataforma de entrada a la región y empezamos a buscar empresas afines y líderes en ese segmento. Compramos la empresa más importante del sector".

Cita el caso de su más reciente compra, la argentina Etiqueta Negra. "Queríamos tener una plataforma regional de moda y descubrimos la calidad de estas tiendas, del producto y su posicionamiento". De la mano de su socio Gerardo León, quien había trabajado con el creador de la marca, el diseñador argentino Federico Álvarez, a finales de los 90 en el fondo de capital privado Exxel Group, Gerard cristalizó el negocio al darse cuenta de que Etiqueta Negra cumplía con todos sus requisitos: líder en Argentina, margen fuerte, poca deuda y un plan de expansión internacional muy atractivo. Con esta empresa y desde Argentina comenzarán sus compras en el Cono Sur, donde muy pronto abrirán la primera filial fuera de Colombia.

Su ambición por la internacionalización planea llevarlo a fórmulas inéditas: no sólo quiere enfocarse en Sudamérica, sino también llevar sus negocios a los emergentes países africanos. Pero no a cualquier costo. "Aprendí de los errores que en el pasado cometieron otros fondos latinoamericanos de capital privado", comenta. Por eso Tribeca está presente en sectores muy variados y de alto margen. Según el credo de Gerard, las marcas son un seguro adicional contra los riesgos cíclicos de la economía. Por algo invirtió más de US$ 1 millón en la nueva imagen de la empresa de salud EMI.

El africano tiene claro su objetivo: "Somos un puente entre una empresa que necesita capital para crecer y los miles de inversionistas que, tiempo después, pueden apoyarla a salir a la bolsa de valores", puntualiza Gerard, quien asegura, no sentirá nostalgia cuando tenga que vender empresas en la que se involucra por completo, luego de su internacionalización. "El concepto de dejar ir una empresa es relativo", dice. "Lo más importante siempre es generar valor". Aún no ha salido de ninguna de sus inversiones, pero él dice apostar a la segura: comprar barato a nivel local para luego vender caro, cuando la empresa se transforma en un jugador regional.


Luc Gerard

Abrir artículo en el Browser.
© AméricaEconomía 2001-2008 - Todos los derechos reservados
Este material no puede ser publicado, reescrito, redistribuido
y/o reenviado sin la previa autorización de AméricaEconomía.