sábado, noviembre 27, 2010

Vallenpaz usa el Mapfront Manager en sus proyectos.

Noviembre 26, 2010.
Milagro agrario
Revista Semana.

Vallenpaz, de la mano de grandes empresarios, pequeños campesinos del suroeste colombiano lideran un exitoso proyecto que podría revolucionar el campo y, de paso, echa por tierra el polémico modelo Carimagua, según el cual solo los grandes industriales pueden desarrollar el campo.
Depapaya.com y Geinsys Ltda se enorgullecen que su producto: "MapFront-Manager", Software Web CRM con Georeferenciación; haya sido el escogido por Vallenpaz para la administración por Web del proyecto al cual se refiere el artículo anexo.


En terrenos de 5,3 hectáreas, los campesinos siembran todo tipo de productos.

Mientras hace un par de años el país estaba enfrascado en una polémica sobre el modelo agrícola que el entonces ministro Andrés Felipe Arias quería imponer; la cual consistía en apostarles a los grandes productores, de manera silenciosa, en 34 municipios del Valle, Cauca, Nariño y Risaralda, construían un proyecto privado que hoy da resultados sorprendentes, bajo un esquema que privilegia al pequeño agricultor y donde los grandes terratenientes brillan por su ausencia.

La idea nació hace 10 años, cuando un grupo de empresarios sintió la necesidad de emprender un proyecto que impactara en zonas que suelen ser caldo de cultivo para el reclutamiento de la guerrilla y otros grupos ilegales. Los gestores de la iniciativa entendieron que el gran problema que expulsaba a los labriegos de sus parcelas, además de la violencia, era la falta de alimentos y de ingresos.

Por eso decidieron mantener a los campesinos en sus fincas, cultivando la tierra y con un esquema que les garantizara la venta de sus cosechas. Crearon la Corporación Vallenpaz, con 300 asociados y un capital semilla de 300 millones de pesos, que hoy se ha convertido en el cerebro del proyecto. Y luego, consiguieron padrinos de la talla del Grupo Empresarial Antioqueño, Carvajal, Asocaña, Hoteles Estelar, Giros y Finanzas, la cadena de supermercados La 14 y Comfandi. Así mismo, canalizan ayuda de organismos privados internacionales y del gobierno nacional. Gracias a todos esos aportes, Vallenpaz invierte cada año 4.500 millones de pesos en proyectos agrícolas.

¿Cómo opera el milagro? Las 5.300 hectáreas de tierra involucradas son, en su mayoría de campesinos propietarios (el 60 por ciento) y el resto, de arrendatarios. Vallenpaz les presta asesoría técnica y, en algunos casos, insumos. Y luego, la misma empresa privada, en particular las grandes superficies vinculadas (La 14 y Comfandi) y otras como Carrefour y éxito, les facilitan la venta de sus productos.

Contrario al modelo Carimagua, en el que la tierra es de los grandes terratenientes y los campesinos trabajan por jornal para ellos, en este caso son los empresarios los que les aportan capital y conocimiento técnico para que los labriegos exploten con éxito sus propias tierras. De hecho, solo en 2009 el proyecto facturó 17.300 millones de pesos y este año ya contabilizan 15.900 millones. Se calcula que cada familia recibe en promedio utilidades mínimas de 1.300.000 pesos mensuales.

La idea ya suma 8.800 familias beneficiarias aglutinadas en 100 asociaciones. Logran la productividad gracias a un esquema muy conocido al que denominan Sistema Agroforestal, que es sembrar de todo en una misma parcela.

Por ejemplo, en Caloto, Cauca, en medio de dos haciendas, Emperatriz y Japio, que han sido escenario de cruentos choques entre indígenas y fuerza pública, se aplica con excelentes resultados a través de la Asociación de Agricultores Caicedo Marañón. Son 53 hectáreas donadas por los dueños de la hacienda Japio, que hoy se han convertido en un verdadero supermercado natural. En un mismo predio se combinan sembrados de cacao, plátano, piña, maracuyá, uva, limón, mandarina y naranja. “Mientras sale la piña, vamos vendiendo plátano, frutas o cacao”, dice Consuelo Vitonaz, una de las 10 beneficiarias de ese terreno.

Esa diversidad agrícola brota en tan solo 5,3 hectáreas que maneja cada familia y les permite sostener varias cosechas. “Así, la registradora suena todo el año”, afirma Juan Carlos Zapata, técnico agropecuario de Vallenpaz que presta asesoría a los agricultores.

"Nuestra siguiente meta es poner en marcha un banco de tierras", dijo Alberto Villegas, director ejecutivo de Vallenpaz, tras aclarar que el 30 por ciento de los beneficiarios son desplazados por la violencia. El proyecto se desarrolla en el corazón del conflicto armado y pese a ello los campesinos siguen labrando la tierra, sin temores, demostrando que con un empujoncito ellos pueden ser la locomotora que ponga a producir el campo colombiano.



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