What's wrong with offshoring R&D
By David Watkins, Tech Update
January 20, 2004
COMMENTARY--In the warp-speed competitive climate of software development, no company has the timetable that affords them repeat trial and error labors based on logistical snafus. I fear the thousands of companies jumping on the off-shore bandwagon, even if working to appease shareholders and investors with lower labor expenses, may be undertaking a dangerously short-sighted practice that has macroeconomic impact.
IBM's announcement to grow the high-level technology skills of its U.S. employees, versus further advancing the workforce housed in distant countries, was a valiant step for the economy, but it was also a very strategic step for the company itself. Yet, it seems to me that IBM appears to be in a small minority. Most surveys and reports indicate that the majority of software companies, both large and small, are planning to send some amount of R&D offshore, if they are not doing so already.
In an October report, AMR Research told vendors that the benefits of offshore development are simply too great to ignore. The report references some cost savings, but acknowledges in the fine print that it typically takes three projects to get it right. Given the significance of that fact, this subtle concession should have in bold and up front.
Pioneering software development is just not suited for offshoring, particularly for smaller, more nimble vendors that wield competitive advantage by being able to innovate and deliver on a dime. Keeping your most strategic and competitive functions in-house is key. Offshoring inhibits engineering teams from directly and consistently interacting with critical cross-functional teams to ensure direction, control, quality, and the speed of rapid implementation. The cultural, language, and time differences can hinder simple communications, often creating an "us vs. them" mentality and impacting the development process. And, the absence of interaction with sales and usability functions, or exposure to industry-specific U.S. business requirements, also limits overseas engineers in managing more than a component of a project.
More importantly, the practice trades off security and confidentiality for the perception of lower labor cost. Sure, a full-time or contract engineer located on-site might leave and create security problems, but a motivated, engaged and well compensated employee is less likely to be a risk than someone you've never met.
Offshoring typically lends itself to high turnover. A part-time or full-time engineer in India or China, who works unseen in a virtual world, has few deep loyalties to a team or vendor. They potentially could share a company's knowledge base and core intellectual property with a competitor.
Beyond the supposed "painless" logistical challenges afforded by network, telecommunications and storage advances, I've read that there are significant cost savings via offshore outsourcing. Yet, there's still no word about how such cost savings are quickly negated if you lose six months of version development or intellectual capital to a competitor.
Sure, reducing R&D labor by as much as 50 percent is compelling, even with an increase in communications and other information technology. For the highly competitive and nimble software companies, however, the risks quickly outweigh the cost savings given the possibility of losing any portion of your intellectual property, knowledge capital, or competitive edge.
To consider the ultimate risk, perhaps the sector should closely explore international law and its ability to police patent infringements across oceans and silicon. That's not a battle I'd ever want to take on.
Back to the big picture, offshoring R&D has a direct impact on both local and national economies by taking jobs away from a plethora of native IT talent. Additional harm to the broad U.S. workforce also impacts businesses, and therefore the number of companies that have the money to purchase enterprise software. I encourage any vendor hoping to stay the course to scrutinize the "why2offshore" hype, as it brings both industry and macroeconomic ramifications that we may live to regret. Let's hope that reports of a decline in R&D emphasis aren't true, and that we aren't shipping out the future of U.S. technology strength.
biography
Dave Watkins, is the founder of Softscape, which provides Web-based human capital management and case management solutions.
miércoles, enero 21, 2004
lunes, enero 19, 2004
EL TIEMPO Bogota, Colombia
Enero 16 de 2004
Sección Tecnología
No se debe restringir la telefonía IP
Está surgiendo un nuevo modelo de empresas de telecomunicaciones, y no podemos permitir que Colombia se quede atrás.
Por Luis Navia *
Hoy por hoy, las telecomunicaciones juegan un papel crucial en el desarrollo social y económico de los pueblos. Poder comunicarse es una necesidad vital del ser humano. Por ello, frenar el acceso a nuevas tecnologías de telecomunicación, como la telefonía por Internet, equivale a frenar los mecanismos del engranaje productivo de un país.
Está surgiendo un nuevo modelo de empresas de telecomunicaciones, y no podemos permitir que Colombia se quede atrás por desconocimiento o intereses particulares.
La industria de las telecomunicaciones como está regulada actualmente en Colombia no es consecuente con el desarrollo del país.
Tampoco respeta el derecho a la libre empresa y promueve la aplicación de la telefonía IP bordeando lo ‘ilegal’, porque la regulación es ambigua, lo que asusta a muchos empresarios e industriales.
Beneficios de la telefonía IP
Debemos pensar en el beneficio social, en el impacto económico y sobre todo en el apalancamiento que esta tecnología puede dar a nuestro engranaje productivo, empresarial y comercial, que a su vez es el sostén generador de empleo y estabilidad social. Veamos cómo:
- Dado que tenemos mano de obra muy competitiva internacionalmente, podemos traer call centers para diferentes tipos de empresas, lo cual generaría miles de empleos en Colombia.
Por ejemplo, para atender las reservas de cadenas de hoteles o para los centros de servicio al cliente de la banca y de firmas de computadores. En vez de pagar los altos costos de operación en Estados Unidos, esas compañías estarían felices de contratarlos en Colombia.
- Es muy diciente que a un empresario en Estados Unidos le cueste sólo 0,05 dólares por minuto una llamada a un cliente en Colombia. En cambio, la llamada a E.U le cuesta al colombiano 0,49 dólares por minuto en promedio.
Esto, además de otras circunstancias propias del país, nos pone en desventaja para competir en mercados internacionales, impidiéndonos globalizar nuestras empresas, productos y servicios, lo cual afecta el renglón de las exportaciones.
- Cada empresario colombiano que exporte o tenga negocios en E.U. o cualquier otro país podría tener una línea virtual en esos países para atender a sus clientes, brindar soporte y acercarse más a su mercado objetivo; y no tiene que temblar por la cuenta porque hable lo que hable siempre será el mismo valor. Una línea telefónica de cualquier país del mundo en su escritorio es ya una realidad, y con el beneficio de la tarifa plana.
- Tendríamos un nuevo renglón de exportación de servicios, de ingeniería y de talento colombiano, sin desplazarlo; lo haríamos virtualmente con la tecnología IP, o la voz y video sobre IP, generando millones de dólares en ingresos al país, que hoy están recibiendo otras naciones.
Socializar las telecomunicaciones
La nueva tecnología reduce los costos de las telecomunicaciones de manera considerable, lo cual es muy atractivo para las economías reprimidas o en crisis.
Además, permite que el empresario pueda llegar de forma más eficiente a sus mercados objetivos con mayores servicios, con mejor atención para sus clientes y por un costo mucho menor sin detrimento de la calidad. De hecho, puede convertir el costo variable de las telecomunicaciones (cuentas de teléfono y larga distancia) en un costo fijo.
Hace tres años, cerca de 35 millones de minutos de llamadas telefónicas se enrutaron en el mundo a través del Internet. Frost & Sullivan estima que en el 2007, tres millones de millones de minutos pasarán por Internet. Calculo que la telefonía IP manejará más del 75 por ciento de los servicios de voz en un futuro próximo.
Hoy en día, podemos medir el desarrollo de los pueblos por el acceso a los canales de comunicaciones, como otrora se hiciera por el número de kilómetros de rieles de ferrocarril, por el número de kilómetros de cable telegráfico, o en la era industrial por el número de industrias activas en el país.
En este siglo XXI es determinante la socialización de los medios de comunicación. Será un índice clave en la medición del desarrollo de los países. El Gobierno y la ley tienen que permitirle al empresario, al comerciante, al banquero, al padre de familia y al estudiante que utilice esta tecnología de manera libre y conveniente.
Por supuesto que no se trata de libertad absoluta y sin control. Hay que regular, pero bajo los esquemas de libre competencia con reglas bien definidas desde el principio, para que el consumidor final sea quien se favorezca y no continuar enriqueciendo a los mismos de siempre.
* Luis Navia (luis@ofinet.net) es presidente de la empresa Ofinet, que vende servicios de telefonía IP.
Enero 16 de 2004
Sección Tecnología
No se debe restringir la telefonía IP
Está surgiendo un nuevo modelo de empresas de telecomunicaciones, y no podemos permitir que Colombia se quede atrás.
Por Luis Navia *
Hoy por hoy, las telecomunicaciones juegan un papel crucial en el desarrollo social y económico de los pueblos. Poder comunicarse es una necesidad vital del ser humano. Por ello, frenar el acceso a nuevas tecnologías de telecomunicación, como la telefonía por Internet, equivale a frenar los mecanismos del engranaje productivo de un país.
Está surgiendo un nuevo modelo de empresas de telecomunicaciones, y no podemos permitir que Colombia se quede atrás por desconocimiento o intereses particulares.
La industria de las telecomunicaciones como está regulada actualmente en Colombia no es consecuente con el desarrollo del país.
Tampoco respeta el derecho a la libre empresa y promueve la aplicación de la telefonía IP bordeando lo ‘ilegal’, porque la regulación es ambigua, lo que asusta a muchos empresarios e industriales.
Beneficios de la telefonía IP
Debemos pensar en el beneficio social, en el impacto económico y sobre todo en el apalancamiento que esta tecnología puede dar a nuestro engranaje productivo, empresarial y comercial, que a su vez es el sostén generador de empleo y estabilidad social. Veamos cómo:
- Dado que tenemos mano de obra muy competitiva internacionalmente, podemos traer call centers para diferentes tipos de empresas, lo cual generaría miles de empleos en Colombia.
Por ejemplo, para atender las reservas de cadenas de hoteles o para los centros de servicio al cliente de la banca y de firmas de computadores. En vez de pagar los altos costos de operación en Estados Unidos, esas compañías estarían felices de contratarlos en Colombia.
- Es muy diciente que a un empresario en Estados Unidos le cueste sólo 0,05 dólares por minuto una llamada a un cliente en Colombia. En cambio, la llamada a E.U le cuesta al colombiano 0,49 dólares por minuto en promedio.
Esto, además de otras circunstancias propias del país, nos pone en desventaja para competir en mercados internacionales, impidiéndonos globalizar nuestras empresas, productos y servicios, lo cual afecta el renglón de las exportaciones.
- Cada empresario colombiano que exporte o tenga negocios en E.U. o cualquier otro país podría tener una línea virtual en esos países para atender a sus clientes, brindar soporte y acercarse más a su mercado objetivo; y no tiene que temblar por la cuenta porque hable lo que hable siempre será el mismo valor. Una línea telefónica de cualquier país del mundo en su escritorio es ya una realidad, y con el beneficio de la tarifa plana.
- Tendríamos un nuevo renglón de exportación de servicios, de ingeniería y de talento colombiano, sin desplazarlo; lo haríamos virtualmente con la tecnología IP, o la voz y video sobre IP, generando millones de dólares en ingresos al país, que hoy están recibiendo otras naciones.
Socializar las telecomunicaciones
La nueva tecnología reduce los costos de las telecomunicaciones de manera considerable, lo cual es muy atractivo para las economías reprimidas o en crisis.
Además, permite que el empresario pueda llegar de forma más eficiente a sus mercados objetivos con mayores servicios, con mejor atención para sus clientes y por un costo mucho menor sin detrimento de la calidad. De hecho, puede convertir el costo variable de las telecomunicaciones (cuentas de teléfono y larga distancia) en un costo fijo.
Hace tres años, cerca de 35 millones de minutos de llamadas telefónicas se enrutaron en el mundo a través del Internet. Frost & Sullivan estima que en el 2007, tres millones de millones de minutos pasarán por Internet. Calculo que la telefonía IP manejará más del 75 por ciento de los servicios de voz en un futuro próximo.
Hoy en día, podemos medir el desarrollo de los pueblos por el acceso a los canales de comunicaciones, como otrora se hiciera por el número de kilómetros de rieles de ferrocarril, por el número de kilómetros de cable telegráfico, o en la era industrial por el número de industrias activas en el país.
En este siglo XXI es determinante la socialización de los medios de comunicación. Será un índice clave en la medición del desarrollo de los países. El Gobierno y la ley tienen que permitirle al empresario, al comerciante, al banquero, al padre de familia y al estudiante que utilice esta tecnología de manera libre y conveniente.
Por supuesto que no se trata de libertad absoluta y sin control. Hay que regular, pero bajo los esquemas de libre competencia con reglas bien definidas desde el principio, para que el consumidor final sea quien se favorezca y no continuar enriqueciendo a los mismos de siempre.
* Luis Navia (luis@ofinet.net) es presidente de la empresa Ofinet, que vende servicios de telefonía IP.
Guillermo Santos Calderón
EL MUNDO DE LA INFORMÁTICA
Predicciones inalámbricas (Enero 18 de 2004)
Empezó un nuevo año en el mundo de la tecnología inalámbrica que nos puede deparar sorpresas gratas pero también algunos obstáculos, especialmente de tipo normativo y legal.
Por el buen comportamiento de la economía mundial, y la colombiana, el sector debe esperar un aumento del gasto de las empresas en tecnología, siempre caracterizado por su aplicación en proyectos que impacten el estado de pérdidas y ganancias en forma rápida o que sean estratégicos de mediano o largo plazo.
La masificación de las comunicaciones inalámbricas mantendrá su ritmo acelerado y los críticos problemas de seguridad empezarán a encontrar soluciones que le permitirán a esta tecnología consolidarse como una herramienta empresarial.
La competencia intensa seguirá en la telefonía móvil y esto causará que las tarifas bajen y que los paquetes tarifarlos que se ofrezcan al mercado sean muy interesantes. En muchas partes del globo la telefonía celular sobrepasará la fija, especialmente por sus bajos costos y por su flexibilidad.
Los aparatos terminales, llámense teléfonos, agendas electrónicas o computadores portátiles, seguirán bajando de precio, las baterías de las cuales se alimentan ofrecerán una mayor duración y las pantallas serán mucho mejores. Los teléfonos inteligentes se empiezan a consolidar y la batalla por el software de sistema operativo que requieren estos aparatos se pone caliente con la entrada de Microsoft como un jugador principal. El envío de mensajes multimedia entre ellos crecerá en forma importante en todo el mundo menos en Colombia, país en el que mensajes de texto y multimedia no se pueden transmitir entre los diferentes operadores.
Las aplicaciones que se instalen serán mucho más sensibles al mundo inalámbrico, lo que les permitirá a las empresas moverse mejor frente a sus clientes.
Las redes inalámbricas y los computadores de entretenimiento empiezan a adquirir una madurez que permitirá que esta tendencia se consolide en el 2005. Música y video transmitidos desde el PC al equipo de sonido y a la televisión, vía la red de hogar inalámbrica, será algo que empezará a verse en muchos hogares.
La telefonía sobre Internet, también conocida como VoIP, arranca por fin comercialmente este año, considerando los anuncios que hizo AT&T, Qwest y Time Warner de ofrecer este servicio. Las empresas migrarán masivamente su telefonía tradicional a VoIP por las importantes reducciones que recibirán en el costo de este servicio. Al final del 2004, la forma en que se comunicarán las compañías será radicalmente diferente a como lo hacen actualmente. En Colombia, el Gobierno empezará a estudiar la normatividad para abrir este servicio a los operadores y en un ambiente de competencia. Ojalá prime la sensatez y la importancia de montarse en esta revolución, evitando mirar por la ventada del atraso cómo VoIP pasa por nuestro lado sin hacer uso de ella.
guisan@eltiempo.com.co
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