EL TIEMPO Bogota, Colombia
Enero 16 de 2004
Sección Tecnología
No se debe restringir la telefonía IP
Está surgiendo un nuevo modelo de empresas de telecomunicaciones, y no podemos permitir que Colombia se quede atrás.
Por Luis Navia *
Hoy por hoy, las telecomunicaciones juegan un papel crucial en el desarrollo social y económico de los pueblos. Poder comunicarse es una necesidad vital del ser humano. Por ello, frenar el acceso a nuevas tecnologías de telecomunicación, como la telefonía por Internet, equivale a frenar los mecanismos del engranaje productivo de un país.
Está surgiendo un nuevo modelo de empresas de telecomunicaciones, y no podemos permitir que Colombia se quede atrás por desconocimiento o intereses particulares.
La industria de las telecomunicaciones como está regulada actualmente en Colombia no es consecuente con el desarrollo del país.
Tampoco respeta el derecho a la libre empresa y promueve la aplicación de la telefonía IP bordeando lo ‘ilegal’, porque la regulación es ambigua, lo que asusta a muchos empresarios e industriales.
Beneficios de la telefonía IP
Debemos pensar en el beneficio social, en el impacto económico y sobre todo en el apalancamiento que esta tecnología puede dar a nuestro engranaje productivo, empresarial y comercial, que a su vez es el sostén generador de empleo y estabilidad social. Veamos cómo:
- Dado que tenemos mano de obra muy competitiva internacionalmente, podemos traer call centers para diferentes tipos de empresas, lo cual generaría miles de empleos en Colombia.
Por ejemplo, para atender las reservas de cadenas de hoteles o para los centros de servicio al cliente de la banca y de firmas de computadores. En vez de pagar los altos costos de operación en Estados Unidos, esas compañías estarían felices de contratarlos en Colombia.
- Es muy diciente que a un empresario en Estados Unidos le cueste sólo 0,05 dólares por minuto una llamada a un cliente en Colombia. En cambio, la llamada a E.U le cuesta al colombiano 0,49 dólares por minuto en promedio.
Esto, además de otras circunstancias propias del país, nos pone en desventaja para competir en mercados internacionales, impidiéndonos globalizar nuestras empresas, productos y servicios, lo cual afecta el renglón de las exportaciones.
- Cada empresario colombiano que exporte o tenga negocios en E.U. o cualquier otro país podría tener una línea virtual en esos países para atender a sus clientes, brindar soporte y acercarse más a su mercado objetivo; y no tiene que temblar por la cuenta porque hable lo que hable siempre será el mismo valor. Una línea telefónica de cualquier país del mundo en su escritorio es ya una realidad, y con el beneficio de la tarifa plana.
- Tendríamos un nuevo renglón de exportación de servicios, de ingeniería y de talento colombiano, sin desplazarlo; lo haríamos virtualmente con la tecnología IP, o la voz y video sobre IP, generando millones de dólares en ingresos al país, que hoy están recibiendo otras naciones.
Socializar las telecomunicaciones
La nueva tecnología reduce los costos de las telecomunicaciones de manera considerable, lo cual es muy atractivo para las economías reprimidas o en crisis.
Además, permite que el empresario pueda llegar de forma más eficiente a sus mercados objetivos con mayores servicios, con mejor atención para sus clientes y por un costo mucho menor sin detrimento de la calidad. De hecho, puede convertir el costo variable de las telecomunicaciones (cuentas de teléfono y larga distancia) en un costo fijo.
Hace tres años, cerca de 35 millones de minutos de llamadas telefónicas se enrutaron en el mundo a través del Internet. Frost & Sullivan estima que en el 2007, tres millones de millones de minutos pasarán por Internet. Calculo que la telefonía IP manejará más del 75 por ciento de los servicios de voz en un futuro próximo.
Hoy en día, podemos medir el desarrollo de los pueblos por el acceso a los canales de comunicaciones, como otrora se hiciera por el número de kilómetros de rieles de ferrocarril, por el número de kilómetros de cable telegráfico, o en la era industrial por el número de industrias activas en el país.
En este siglo XXI es determinante la socialización de los medios de comunicación. Será un índice clave en la medición del desarrollo de los países. El Gobierno y la ley tienen que permitirle al empresario, al comerciante, al banquero, al padre de familia y al estudiante que utilice esta tecnología de manera libre y conveniente.
Por supuesto que no se trata de libertad absoluta y sin control. Hay que regular, pero bajo los esquemas de libre competencia con reglas bien definidas desde el principio, para que el consumidor final sea quien se favorezca y no continuar enriqueciendo a los mismos de siempre.
* Luis Navia (luis@ofinet.net) es presidente de la empresa Ofinet, que vende servicios de telefonía IP.